Siglo XXI, una nueva era donde la educación crea personas robot

Según la historia de la humanidad va avanzando en el transcurrir de los tiempos, esta va acumulando más información y conocimientos.

Sin embargo, cada vez tenemos una educación peor, pues la buena educación es aquella que consigue sacar lo mejor de cada individuo y no una en la que todos son medidos de la misma forma.

Estoy seguro de que si preguntásemos a cualquier persona sobre si en la época actual cree que estamos más avanzados en educación que hace unos 200 años, probablemente todos nos dirían que sí.

Sin embargo, yo tengo que discrepar profundamente sobre esto.

Todos estamos de acuerdo que cada vez hay más alumnos en las escuelas y universidades, pero en lo único que se traduce esa situación que debería de ser positiva, es que cada vez hay más burros de dos patas en la sociedad.

Las escuelas y universidades se centran en que sus estudiantes sean capaces de recordar una gran cantidad de datos y después son premiados por ello, pero lo que deberían de enseñar a sus alumnos, es que sean capaces de pensar por si mismos, en enseñarles valores y principios morales, en mostrarles el camino para ser personas autosuficientes.

¿Para qué queremos enseñar a los alumnos a recordar datos?

La información que cualquiera puede recordar de forma al menos consciente es completamente insignificante y ridícula si lo comparamos con cualquier ordenador actual.

Es absurdo convertir la enseñanza en una mera cuestión de almacenar, recordar y reproducir datos, para eso ya tenemos la tecnología, lo que tenemos que hacer es enseñar los valores necesarios para que cada individuo se convierta en un ejemplo a seguir para la sociedad.

Pero no toda la culpa se la podemos achacar a las escuelas, porque la primera escuela, son los padres de cada uno.

Yo me pregunto: ¿qué clase de educación es la que pueden dar unos padres que por ejemplo, dejan a sus hijos de 7 a 13 años en las calles hasta las 12 de la noche o más tarde?

Seguro que esos mismos padres unos años después se quejan porque sus hijos son esto o son lo otro, pero gran parte del resultado de lo que sean sus hijos en un futuro, viene de la educación que ellos les hayan dado de pequeños.

Lo he dicho muchas veces, el gran problema de la sociedad en la que vivimos es que todo gira a gran velocidad, nadie tiene tiempo para pensar y para reflexionar, para darse cuenta de lo que sucede a su alrededor, para dedicarle tiempo a las cosas importantes, entre ellas, la educación de sus propios hijos.

Debido a la falta de tiempo y la propia pereza de cada uno, todo esto se traduce en una sociedad que anda por el mundo como robots, imitan lo que hacen los demás sin pararse a pensar si eso que imitan, es lo correcto o lo mejor para ellos y sus descendientes.

Educación y cultura son palabras y sinónimos de conocimiento, pero el conocimiento no es igual a almacenar datos, sino la aplicación que se deriva de los mismos.

Si uno coge un diccionario de la RAE para buscar el significado de una palabra que desconoce, al hacerlo, está accediendo a una gran base de datos de palabras, pero el conocer el significado de todas esas palabras, no te hace mejor persona, lo que te hace mejor persona son los valores que implican esas palabras, no su definición.

Te pondré un ejemplo, si uno busca la palabra solidaridad en el diccionario, uno puede descubrir cuál es la descripción que le da la Real Academia Española, pero el saber que significa, no te convierte de forma automática en una persona solidaria.

Como puedes comprobar en el ejemplo anterior, el hecho de que los estudiantes almacenen multitud de datos, no los convierte de manera automática ni tampoco necesariamente en personas de provecho para la sociedad.

Las actuales enseñanzas tan solo se centran en crear individuos que sean capaces de almacenar y repetir datos, ¿encuentras alguna diferencia con los robots?, porque yo no.

Lo peor, es que los pocos profesores (que estoy seguro de que los hay), que intentan salirse de todas las absurdas normas que hay establecidas de enseñanza popular, son reprimidos por ello, incluso, poniendo sus propios puestos de trabajo en peligro por actuar de esa manera.

Una de mis películas favoritas que expresa esto de una forma perfecta es (El club de los poetas muertos) del año 1989 con Robin Williams de protagonista, en inglés (Dead Poets Society), te recomiendo que la veas, es una película increíble que no me canso de ver.

Yo diría más, ¿cuántos profesores son reprimidos por querer poner orden en sus clases?

No digo que esté de acuerdo con que los profesores pongan las manos encima a los alumnos, pero lo que está claro, es que ellos se ven totalmente indefensos ante la imposibilidad de poder castigar a un alumno cuando se lo merece.

¿Cuántos profesores son denunciados porque le han levantado la mano a alguien que les ha perdido el respeto?

Los profesores son como unos segundos padres y tus hijos si los tienes, o los hijos de cualquier otra persona pasarán una buena parte de su vida con ellos, incluso me atrevería a decir que una de las más importantes, ya que, según la educación que reciban de pequeños, seguramente será la que tengan de mayores.

Si tú no les impones respeto a tus hijos en tu casa, no les enseñas valores y principios y aun por encima, tampoco se les permite a sus profesores que se los den, ¿quién va a dárselos?, ¿crees que después ellos pueden ir a una tienda y comprarlos cuando los necesiten?

Una de las cosas que más me entristecen en el mundo, es la falta de conocimiento, la incultura, la pobreza mental, pues a raíz de todo ello, viene la consecuencia de todo lo demás.

¿Quieres que tus hijos sean personas de provecho?, pues no esperes que las escuelas y universidades consigan hacer lo que no practicas en tu casa.

La educación comienza desde el primer minuto de vida de tu hijo y eres tú el responsable de enseñarle a ser persona.

Para conseguir una mejor sociedad, lo primero que se debe de enseñar son valores y principios morales y éticos, los cuales parecen formar parte de un pasado lejano.

Después se debe de fomentar las capacidades individuales de cada persona, es decir, sacar lo mejor que cada una posee dentro de sí misma y por último, fomentar la colaboración en vez de la competencia.

Con estos tres simples principios básicos, tendríamos una enseñanza de calidad, una enseñanza que forma personas y no robots, una enseñanza de verdad que sea útil para la sociedad y el mundo.

Estoy cansado de observar cómo la gente se queja una y otra vez de infinidad de cosas. Ejemplo: la política, la sociedad, la economía, la sanidad, el deporte, etc.

Cosas que tienen solución, cosas que pueden cambiar si ellos pusieran un poco de su parte.

Porque TODOS, absolutamente TODOS, podemos ayudar a cambiar el mundo.

Hay que dejar de ser vagos y perezosos, dejar de quedarse observando cómo pasa el tiempo sin hacer nada y actuar.

Es hora de movilizarse, pero empezando por ti, no por los demás.

Puede que otros te sigan si les gusta tu ejemplo, pero recuerda:

“El mundo necesita gente con coraje y que sea valiente como tú”

¡Oh capitán, mi capitán!

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