La belleza del fuego

La belleza del fuego

No sé si tú alguna vez te has quedado sentado/a junto al calor de una hoguera viendo como embobado/a como las llamas devoraban la leña hasta casi convertirla en ceniza.

Si es así, no te preocupes, no eres la única persona a la que le ha sucedido esto, yo lo he hecho alguna vez y seguro que hay mucha gente que también lo hizo antes que nosotros, lo está haciendo ahora o lo hará en un futuro cercano.

Creo que es algo casi hipnótico que te deja ensimismado observando la gran belleza que tenemos en frente nuestra, porque lo que estamos contemplando realmente cuando vemos arder esa madera, es el proceso de evolución y transformación que se está llevando a cabo delante de nuestros propios ojos.

Con cada segundo que transcurre desde el momento de su ignición, la materia que queda se transforma y es diferente a la que había en el instante anterior y por lo tanto, se convierte con cada movimiento del segundero de nuestro reloj, en un momento único e irrepetible al que poder observar.

Esto mismo podemos compararlo con nuestra propia vida, pues cada segundo, cada instante que vivimos en ella, es un momento único que no podremos volver a revivir jamás.

Esa es la verdadera belleza del fuego y esa es la verdadera belleza de la vida.

Por más que contemplemos el fuego y por más que contemplemos nuestra vida, cada segundo que pasa es siempre diferente al anterior y al que lo precede.

Hay una frase que he creado hace mucho tiempo y dice así: “Tu vida puede cambiar en un solo segundo, así que hacer planes más allá de ese tiempo, es complicado”

Lo que quiero decir con esta frase es lo mismo que dice esta otra en latín “Carpe Diem”, traducido, aprovecha el momento.

Tu vida es como el tronco que se va quemando lentamente en la hoguera, cada segundo que pasa, es un segundo menos con el que cuentas en tu vida.

La mayoría de las personas se complican su existencia pensando en el mañana, cuando en realidad con lo único con lo que cuentan y disponen, es del ahora.

Si eres de las personas que piensan y se preocupan en el mañana, te diré que el mañana es una de esas cosas que podemos decir que son inciertas.

El mañana no es más que sueños o visiones hipotéticas de acontecimientos que pueden llegar a suceder o no.

Son circunstancias y situaciones que no dependen única y exclusivamente de ti, por lo tanto, no tiene mucho sentido preocuparse por cosas que pueden o no, llegar a suceder.

Si algo me ha enseñado la vida es precisamente esto, tenemos que vivir cada momento como algo único e irrepetible, tenemos que disfrutar del presente, despreocuparnos del mañana y ser conscientes del ahora.

¿A cuántas personas conoces que no han vivido el presente por pensar en el mañana?

Estoy casi seguro de que la gran mayoría de las personas que te rodean viven así, haciendo todos los días planes perfectos para el futuro y olvidando la lección más importante y veraz de toda su vida.

Esa lección habla sobre que ellos no tienen un reloj con el cual poder alargar o acortar sus días, cuando llegue su momento, se acabó, no habrá prórrogas en este partido, no se podrán comprar minutos de más, cuando llegue el momento, tendrán que dejar sus planes y lo que estaban haciendo.

Sé que en este punto me preguntarías, ¿y entonces qué hago, no estudio, no busco un porvenir para mí, no puedo tener sueños o ilusiones?

¡NOOO!, todo lo contrario, debes de formarte tanto a nivel humano, cultural, intelectual, profesional y espiritual, debes de buscar un porvenir para ti y para los tuyos, debes de tener sueños e ilusiones y luchar por todo aquello que te haga sentir vivo/a, pero lo que no debes de hacer, es dejar de vivir hoy por pensar en vivir mañana.

Por desgracia podemos ver cada día como mucha gente que está a nuestro alrededor se pasa la vida pensando en el mañana sin vivir el presente y cuando ese mañana llega, tienen cáncer, sufren un accidente que los deja inválidos o mueren de muerte natural entre otras muchas cosas.

Si hipotecas tu vida, no habrá suficiente dinero que salde la deuda después.

La felicidad consiste en vivir cada momento como un gran regalo, la felicidad no es una meta que tienes que atravesar, la felicidad no es un destino, la felicidad es un estado en el que debes de vivir permanente.

Mira tu vida como ves un tronco arder y te darás cuenta de que cada instante de ella es un instante maravilloso, bello, único e irrepetible por el cual puedes dar las gracias.

Tu vida no es perfecta y nunca lo será, asúmelo, es un hecho que no podrás cambiar, aprende a ver todo cuanto tienes que seguro que es mucho más de lo que piensas y da las gracias por ello.

Deja de ver lo que no tienes y céntrate en lo que sí ya posees, hay muchas personas ricas en el mundo que son pobres y hay también algunas personas pobres que son ricas, tú decides de cuál de las dos quieres ser.

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