Navidades

En este punto voy a repetir un tema que ya he tratado en un capítulo anterior: el regalo de la vida. Lo repito en la sección de educación, porque creo que es importante remarcar que esto también es un tema de educación. No obstante, aunque sea un tema repetido, creo que igualmente merece la pena leerlo con detenimiento, pues es una ampliación de lo ya comentado.

Cuando pensamos en las navidades seguro que todos pensamos en días de fiesta y celebración.

Yo recuerdo cuando era niño que la llegada de las navidades era una época feliz, no solo porque los que estábamos en edad escolar cogíamos vacaciones después de un periodo intenso de exámenes, sino porque la familia se reunía toda (menos aquellos miembros que vivían fuera y que por un motivo u otro no podían estar presentes)

Con el paso de los años he ido viendo como el espíritu navideño ha dejado paso a la vorágine del consumismo masivo, convirtiendo así estas fechas en un acto más mercantil que familiar.

Hoy en día la gente está más preocupada en qué es lo que va a comprar, que con quien estará a su lado esos días.

La sociedad sufre un gran estrés al pensar en los gastos navideños, angustiada porque no sabe si va a encontrar aquello que quiere regalar, haciendo colas interminables en las grandes tiendas, establecimientos y supermercados.

Dándole vueltas a la cabeza por lo que va a preparar de comer y preguntándose ¿habrá subido el marisco, pondré pavo o pollo, he comprado turrón, sidra y champán?

Sinceramente no sabría decir cuando fue el momento exacto en el que la sociedad se quedó ciega, supongo que fue perdiendo la visión paulatinamente, poco a poco, pero lo cierto es que ya no es capaz de ver hacia dónde va y que es lo que está haciendo.

Seguramente esta pérdida de visión ha sido proporcional a la pérdida de los valores y principios éticos y morales que todo humano debería tener.

El gran problema es que no hay escuelas donde enseñen que valor, no es igual a precio y por eso mucha gente no entiende que hay cosas que tienen un alto precio y no valen nada y otras que carecen de precio y tienen mucho valor.

Las navidades no nacieron para convertirse en un Black Friday, las navidades nacieron para unir a personas y familias en un acto de bondad y para compartir amor.

Es un acto de conciliación en el que se estrechan lazos y sentimientos entre lo físico y lo espiritual, pero desde luego no nació como una herramienta de marketing para vender más.

Lo cierto es que esta enfermedad no es endémica solo de las fiestas navideñas, podríamos nombrar por ejemplo: el día del padre, el día de la madre, el día de los enamorados, etc.

Días que se han convertido en meras fechas para hacer caja, más que para conmemorar y honrar lo que realmente deberían ser.

Por mi forma de pensar yo soy antidías especiales, porque considero que todos los días deberían de ser especiales, no solo aquellos que han sido marcados en el calendario.

Si solo te acuerdas de tu madre, tu padre, tu pareja, etc. un solo día al año, creo que mucho no los debes de querer o amar, si realmente los quieres, debes de demostrárselo cada día, no solo esos días que te han dicho que son “especiales”

De la misma forma las navidades no deberían ser fechas señaladas en las que la gente se acuerde solo de ti para regalarte algo y comer juntos, sino que debería ser la celebración de poder compartir un año más entre los tuyos y la continuidad de una relación que se ha extendido y forjado día tras día.

Creo que mucha gente no comprende que todos los días de su vida recibe una gran cantidad de regalos, aunque la mayoría de ellos no vienen envueltos en papel celofán ni en una caja con lazo.

Uno de esos regalos es poder tener a tu lado a las personas que quieres, que amas, que hacen de tu vida y de tu mundo un lugar mejor.

Por favor, no intentes comprar con regalos lo que ya lo es en sí.

Mucha gente no se toma el suficiente tiempo para pensar en que esas personas a las que ven todos los días o muy a menudo, no siempre estarán ahí.

¿Quieres celebrar las navidades de verdad?

Olvida entonces todos los regalos, olvida las comidas y cenas caras, olvida todo lo que tiene precio y céntrate en lo que tiene valor, porque hoy es posible que estén contigo esas personas especiales, pero tal vez mañana no sea así.

Piensa en esto que te acabo de decir, porque tal vez hoy estés enfadado/a con alguna de esas personas que quieres, que amas y que hacen o han hecho tu vida en algún momento mejor, recuerda siempre que el momento perfecto para perdonar es el ahora, porque quizás mañana sea demasiado tarde.

Tal vez ya seas padre o madre y si es así, a ti te dedico estas últimas palabras.

Si quieres enseñarles el espíritu de la Navidad a tus hijos, no pienses que porque son pequeños no están asimilando conceptos, o no entienden o no van a aprender nada, de hecho es todo lo contrario, desde pequeños empiezan a crear los cimientos de las personas en las que un día se convertirán.

Si les enseñas que las navidades son fiestas para comprar regalos y gastar dinero, eso será lo que ellos aprenderán, en tus manos está la opción de enseñarles valores o la opción de enseñarles a comprar y ser comprados.

Si coincide que estás leyendo estas líneas en estas fechas, te deseo unas felices fiestas y un próspero año nuevo lleno de amor y nuevos pensamientos.

También espero que estas palabras te hagan ser más consciente para que poco a poco podamos cambiar el mundo y hacer de él, un sitio mejor donde todos podamos vivir en paz y armonía y donde nuestros hijos sean más felices y hereden verdaderas cosas de gran valor que merezcan la pena poder ser transmitidas de generación en generación.

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