¿Qué son los sentimientos y cómo influyen en nuestra felicidad?

¿Qué son los sentimientos y cómo influyen en nuestra felicidad?

En este capítulo voy a intentar explicarte de la forma más clara posible como los sentimientos influyen directamente en nuestro estado anímico y felicidad.

La verdad es que creo que la primera parte de la pregunta que da título a este capítulo es un tanto complicada de responder, pero si tuviese que sintetizar la respuesta sobre los sentimientos en una frase corta, diría que es una fuente de energía que proviene de nuestra percepción de todo cuanto nos rodea y de nuestras propias vivencias o experiencias en la vida.

¿Y cómo influyen en nuestra vida los sentimientos?

En cierto modo podría compararlos con los sueños, pues serían algo así como la gasolina que hace funcionar nuestro motor y que nos permite ponernos en marcha.

“Los sentimientos son la fuente de energía que determina nuestro estado de ánimo”

Gustavo Adolfo González Alfaya

Nuestra mente, nuestros sentimientos y nuestro estado de ánimo están ligados intrínsecamente los unos con los otros, porque así como pensamos es como está nuestro estado de ánimo y nuestros sentimientos.

Para poder resolver un problema lo primero que debemos de hacer es conocer las variables y los datos de que disponemos, para luego a través del análisis de todo esto, dar una solución.

Si entendemos que son los sentimientos y cuál es su función dentro de nuestro propio bienestar, tendremos la mitad del problema resuelto.

Tomando esto en cuenta, para poder ser felices tenemos que mantener a raya nuestros sentimientos, porque como hemos visto, ellos son los pilares de nuestra propia felicidad.

Y ahora me preguntarás ¿y cómo mantengo a raya mis sentimientos para poder ser feliz?

Lo siento, no hay una píldora milagrosa para esto, la solución te llevará tiempo y esfuerzo, como todo lo que merece la pena en la vida y para conseguir este objetivo, tendrás que volver a programar tus creencias y todo cuanto te han enseñado hasta ahora.

No, no es fácil, no, no es divertido, no, no es rápido, pero si quieres ser feliz de verdad, tendrás que aprender a controlar tus sentimientos o de lo contrario, serás esclavo/a y prisionero/a de ellos.

¿Cuáles son las 9 claves para controlar tus sentimientos?

  • Deberás comprender y aceptar, que no tienes el control sobre nada más que sobre ti mismo/a y las decisiones que tomes en cada momento de tu vida, el resto, está totalmente fuera de tu control.

La razón es simple, cada uno es dueño de su propio mundo y de sus propias decisiones.

  • Deberás de prescindir de la opinión que tienen los demás sobre ti.

Como ya he comentado en otras ocasiones, lo que opinen los demás de ti puede ser o no, un fiel reflejo de lo que eres en realidad.

Hacer un trabajo de reflexión e introspección sobre uno mismo es clave para conocerse mejor en profundidad y así no depender de opiniones ajenas o incluso, del propio ego que puede ser tu peor enemigo.

  • Deberás aprender a ver todas las situaciones y circunstancias desde diferentes puntos de vista.

(Incluso, aunque esas visiones sean muy diferentes a las tuyas y puedas no estar de acuerdo con ellas)

Hacer este ejercicio te ayudará a ver las cosas como las ven los demás, no como las ves tú y por consiguiente, podrás ser más tolerante con la postura de otras personas al ver lo mismo, desde diferentes puntos de vista.

  • No tomarte todo como si fuese algo personal.

Porque cuando lo haces, aceptas que todo el mundo está contra ti y eso no es cierto.

Te voy a poner un ejemplo de algo que me pasó hace tiempo para que lo entiendas mejor.

Un día fui al médico para hacer la última revisión por un resfriado fuerte que parecía que me había cogido cariño, el caso, es que tenía cita a las 12:50 y como siempre hago con todas las citas sean del tipo que sean, llegué puntual o incluso, un poco antes.

El caso es que cuando llegué, ya había algunas personas esperando, así que cogí y me senté a esperar mi turno como todos los demás.

Al cabo de veinte minutos una mujer me preguntó si sabía cuál era la hora del último paciente al que había llamado el doctor, a lo que yo le respondí que no sabía, que yo tenía cita para la una menos diez.

Otra mujer que estaba a mi lado le dijo que ella tenía para la 13h, así que llevaba algún tiempo de retraso.

Pasaron unos minutos y el doctor llamó a la mujer que había dicho que tenía para las 13:00h, lo cual me llamó la atención pues yo tenía cita antes que ella, pero no le di mayor importancia.

Una vez estuvo dentro la mujer, esta empezó a hablarle mal y alto, lo que me hizo pensar que posiblemente era una paciente conflictiva y quizás el doctor al verla, quisiera quitársela de en medio lo antes posible.

Sin embargo, cuando terminó con esta paciente no me llamó a mí, sino que fue llamando a todas las demás personas hasta que solo quedé yo en la sala de espera.

En esos momentos yo pensaba, ¡qué raro, ya es la segunda o tercera vez consecutiva que hace lo mismo! ¿por qué, le he ofendido en algo, le he dicho alguna cosa que le sentó mal y por eso ahora actúa así?

No lo entendía la verdad, así que había pensado en preguntárselo cuando entrase para que me diese una explicación.

Entonces él salió y al verme me preguntó ¿tienes cita conmigo? A lo que yo le respondí que sí, que tenía para las 12:50h, entonces él me dijo que esperase un segundo y acto seguido me hizo entrar.

Él me comentó que mi cita no le aparecía en el sistema y que por eso no me había llamado.

Estuvo revisando varias cosas en el ordenador, pero no encontró el porqué de dicho incidente, aunque deducimos que posiblemente sería algún problema con el sistema de citas online.

Yo le comenté entonces que no era la primera vez que pasaba esto y él me dijo que si alguna vez me volvía a suceder, que le avisara y así no tendría que estar esperando sin motivo.

Seguro que te preguntarás ¿y por qué no preguntaste o te quejaste antes al ver lo que pasaba?, la respuesta es que todo el mundo va corriendo de un lado para otro y a mí no es que me guste esperar, lo que sucede es que yo aprovecho ese tiempo para pensar y reflexionar, así que tampoco es que esta situación me estresara mucho.

Como has podido ver con este simple ejemplo, mi doctor, una persona que creo que es un buen profesional, no tenía absolutamente nada contra mí, es más, si no fuese un buen profesional ni se hubiese molestado en pedirme una analítica completa para ver si podía ser alérgico a alguna cosa, me hubiese dado alguna pastilla o jarabe y listo.

Afortunadamente no fue más que el hecho de estar rodeado de mucha gente con gripe lo que hizo que mi resfriado se prolongase.

Pero lo importante de este caso es que entiendas que mi doctor como buen profesional que es, él tan solo seguía la lista de pacientes que le habían dado y nada más.

Sin embargo, por mi parte, ya me estaba formulando otras preguntas.

En conclusión, no puedes y no debes tomarte las cosas que te molestan como algo personal, aprende a ir más allá de tu propio ser, el universo no gira entorno a ti, tú giras entorno al universo.

Si todo lo que te molesta lo haces personal, te aseguro que será imposible que seas feliz, hay una enorme cantidad de cosas y circunstancias que desconoces que pueden hacer que tu verdad, sea una verdad relativa, así que ten cuidado al juzgar a los demás, al juzgar lo que crees, lo que ves o lo que oyes, porque es posible que te equivoques.

Me estoy extendiendo un poco más este capítulo porque considero que es muy importe saber cómo manejar los sentimientos, pues como ya te dije, esta es la base sólida desde la que nosotros vamos a construir la estabilidad emocional que nos ayudará a alcanzar la tan buscada y preciada felicidad y sobre todo, el equilibrio emocional que necesitamos en nuestras vidas.

  • Debes de aprender a manejar la frustración.

Todos nos hemos frustrado alguna vez, ya sea por unas cosas u otras, pero debes de entender que si no eres capaz de manejar tus frustraciones, jamás podrás tener el control de tus sentimientos.

Pero antes de nada, ¿qué es una frustración?

Una frustración es un deseo reprimido de conseguir algo que deseas mucho, una palabra muy parecida podría ser impotencia.

Pues bien, ahora para hablarte de la frustración te voy a contar que cuando empecé a escribir de forma pública algunos de mis artículos, pensamientos, vídeos y demás material didáctico o de mi trabajo de obra social con afán de ayudar a los demás y de alguna forma, contribuir a cambiar mi mundo y el mundo que me rodeaba, me frustré en muchas ocasiones.

No te voy a mentir ni te voy a decir lo contrario, pero como siempre, nada malo dura mucho tiempo para aquellos que como yo, son también positivos y optimistas. Y no porque cambien muchas de esas cosas que nos frustraron en su momento, sino más bien porque nosotros mismos cambiamos nuestra mentalidad y nuestra forma de pensar y de ver el mundo.

Yo me frustré porque no veía la difusión que esperaba, la gente no compartía lo que yo con tanto trabajo y amor hacía, no entendía cómo podía ser que los demás no se diesen cuenta que todo mi esfuerzo

era para ayudarlos a ellos más que a mí mismo y me cabreaba que les diesen más importancia a cosas sin sentido como si un gato se rascaba la barriga o no.

Tardé algún tiempo en digerir aquello hasta que por fin me di cuenta de que si quería seguir haciendo lo mismo, tenía que ser simplemente porque me gustaba hacerlo y nada más, el objetivo era dar ejemplo y para eso tan solo necesitaba una persona, es decir, tan solo me necesitaba a mí mismo.

Ya no me preocupa si lo que hago llega a 10, 1000 o un millón de personas, porque he tomado el control de mis frustraciones y de mis emociones, los sentimientos son fruto de mi forma de pensar y no al revés, porque si le entrego las riendas de mi vida a mis sentimientos, entonces serán ellos quien me dirijan a mí.

Reeducar la mente no es fácil, aquellas personas que trabajen en programación informática sabrán a lo que me refiero.

Es como reprogramar un software ya creado para hacer otra cosa diferente manteniendo la estructura interna.

Pero aunque no es fácil, tampoco es imposible. Tan solo hace falta trabajo duro, analizar los datos de que se disponen y tomar las medidas oportunas para realizar los cambios necesarios en pro de una mejora sustancial con respecto al proyecto original.

Por lo tanto, si quieres tener el control de tus sentimientos tendrás que aprender a trabajar las frustraciones que se te puedan presentar durante tu vida, que seguramente serán muchas y variadas, aunque también es cierto que cuanto más trabajes esta faceta de ti, más fácil y más rápido te será dominar las nuevas frustraciones que te vayan apareciendo.

  • Indiferencia ante la mezquindad.

Como escribí anteriormente en el capítulo: el precio del éxito, en el punto 5º

te encontrarás con que la gente te odiará sin razón.

Esta habilidad la irás adquiriendo con el tiempo, sobre todo según vayas aprendiendo a controlar tus emociones y vayas evolucionando hacia el éxito personal, la felicidad y la paz interior.

Así que ante esa situación en la que otros puedan intentar hacerte daño de forma consciente, mi consejo es la indiferencia.

No hay nada que fastidie más a quien quiere hacerte daño que el no hacerle ningún caso, piensa que ni existen y sigue tu camino, pues ellos ya encontrarán el suyo y seguramente será mucho después de ti.

Como dice Javier Iriondo en su libro: Donde tus sueños te lleven, si alguien te ofrece un regalo y tú lo rechazas, ¿a quién pertenece entonces?

Pues esto es exactamente igual, considera su mezquindad como un regalo que no

tienes intención de recoger, da las gracias y que se lo guarde de nuevo, a ti no te hace falta ninguna, estás muy bien sin ese obsequio.

  • No guardes rencor.

El rencor es de esas cargas inútiles que al único que le hace daño es a la persona que lo lleva encima, si tienes este sentimiento en tu interior, por favor deshazte de él de inmediato, ¿cómo?, perdonando.

Perdonar no significa olvidar, la mayoría de la gente confunde estos dos verbos de forma errónea.

Perdonar significa poder ver o recordar aquello que te hizo daño en otro momento y no sentir nada o al menos, no sentir nada de dolor, eso es perdonar y cuando hablamos de olvidar, es no acordarse de algo, son dos términos diferentes.

¿Y cómo perdonar?

Aquí te doy los ingredientes:

Asume el punto número uno, agrega que todos nos equivocamos alguna vez y añade poco a poco los puntos 3º, 4º y 5º, ahora ya tienes todo lo necesario para elaborar la receta del perdón.

  • Los sentimientos son un ente vivo que necesita ser alimentado.

Nutre siempre tu mente con cosas positivas, aunque las circunstancias puedan serte muy desfavorables.

Acuéstate pensando en tus sueños más profundos, levántate siempre con una sonrisa en la cara, da las gracias por lo que tienes y por lo que no tienes también.

Trabaja sobre objetivos que en un principio puedas pensar que son imposibles y lucha por ellos con todas tus fuerzas, el tiempo te dirá después si realmente lo eran o no.

Repite una y otra vez en tu interior, puedo

hacerlo, puedo conseguirlo, yo estoy en el camino correcto, hazlo hasta que finalmente te lo creas de verdad y cuando menos te lo esperes, te darás cuenta de que lo imposible no existe y que los únicos impedimentos reales que había estaban en tu mente.

  • No seas una copia barata de otra persona, eres un producto original. Tienes que ser tú mismo/a.

¿Por qué tendrías que convertirte en una imitación de lo que no eres?

Si pretendes tener el control de tus sentimientos, elimina de tu cabeza esta posibilidad, porque de lo contrario, siempre estarás en conflicto interno entre tu yo verdadero y el yo que quieres aparentar ser. Con estos 9 puntos tomarás el control de tus sentimientos, de tus emociones, de tu vida, de tu mente y de tu felicidad.

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 50

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